Pablo Mariñosa: "Muchas personas mayores no quiere ir a residencias y muchos hijos no pueden cuidar de sus padres” - Ahora

Fui a ver a mi padre y le dije que le iba a traer un loro con inteligencia artificial. Obviamente no entendía lo de la inteligencia artificial, pero sí que le iba a regalar un loro y enseguida dijo que le llamaría Honorato  por un programa de humor que había en la tele hace muchos años que hacía Rosa María Sardá, y que le encantaba. Las enfermeras le hicieron un dibujo de un loro, le pusieron el nombre y lo colgaron en su habitación. Al cabo de unas semanas mi padre falleció y yo me quedé con los deberes a medias.  

Empecé a buscar información y leí que 800 millones de personas en el mundo tienen 65 años o más, y el 60% viven o vivirán solas. Mucha gente no quiere ir a residencias y muchos hijos no pueden cuidar de sus padres y ahí es donde decidí que quería hacer algo con impacto social, para que las personas mayores pudieran vivir en sus casas felices y seguros y que los cuidadores, hijos y hijas, nietos o nietas estuvieran tranquilos, y ahí me puse a desarrollar Onorato hace un año y medio.  

El dispositivo cuenta con varias cámaras y tres satélites inalámbricos con sensores de audio y movimiento que trabajan para Onorato y que se colocan en otras estancias de la casa como el baño o la cocina. Onorato, cuando la persona se levante, le saludará y le dirá que le mire a los ojos. El dispositivo le escaneará para saber cómo está emocionalmente, o si tiene fiebre. Con los detectores podrá saber por ejemplo si entra en el baño y en una hora no ha salido, para alertar a su familiar. O si abre el grifo, el loro le dirá que se acuerde de cerrarlo.  En el futuro incluso podrá detectar una fuga de gas. Las posibilidades futuras son ilimitadas, porque no deja de ser un ordenador conectado a internet, con tres cámaras, aunque para el usuario será es un loro simpático que le acompaña y le da conversación, aunque para la persona cuidadora será una forma de tenerlo monitorizado.  Podrá llamar por teléfono o hacer la compra al estar conectado con Amazon.  

Exacto. Para mí hubiera sido muy útil conocer si mi padre estaba feliz, triste o normal cuando iba a verle, porque según su estado de ánimo yo tenía que adaptarme. Onorato va dotado con cámaras térmicas que escanean la cara y detectan la voz para saber si estás triste o contento y según eso, te trata de una forma u otra. Por ejemplo, si detecta que estás bien, te propondrá realizar un serie de ejercicio cognitivos que el día que esté más apagado, no te propondrá. 

En esa obsesión por que capte el factor emocional de los usuarios y los enamore, hemos creado un sistema que se llama Onora, que es el software de Onorato, su sistema operativo, el alma de Onorato, además de la Onorato Academy, que es como una granja virtual donde cada loro va a ser entrenado durante tres meses para ser entregado a sus sueños totalmente adaptados a su personalidad. De manera que cuando la gente lo compra, rellena un formulario y le dice sus gustos, por ejemplo, si es del Real Madrid o si su jugador favorito es Ronaldo. Ese formulario Onora lo convierte en una carpeta y a través de la inteligencia artificial se entrena y se incrusta en el loro, por lo que cuando llegue a casa y la persona lo encienda le dirá: «Hola Julián, soy tu loro Ronaldo, estoy aquí para cuidarte y hacerte compañía. Por cierto, soy del Madrid a muerte, mi comida favorita es tal, me gusta escuchar tal música… ». La idea es que tengan una sintonía total. 

Estamos en fase de desarrollo del producto. Hemos estado un año solo para hacer el diseño porque era fundamental que no fuera un robot, que no fuera ni grande ni pequeño, que no pareciera un juguete, que la gente lo quisiera abrazar, que lo considerara un amigo. Al final es una mascota simpática que les hace compañía, les cuida y para los hijos, con una aplicación móvil pueden monitorizarlo todo. 

Desde que decidí lanzarme, el proyecto tenía tres fases y ahora estamos en la fase 3. La primera era conceptualizarlo y pasarlo a un proyecto viable; la segunda, el diseño del loro, que ya está finalizado; y la tercera era implementar la electrónica: meter las cámaras, desarrollar la aplicación, el software… y estamos en esa fase. Yo creo que los primeros Onoratos se entregarán en septiembre y empezamos una preventa en abril en 200 países a través de una plataforma con agencia de Londres.  

Como todo proyecto que no existe, pasarlo de tu cabeza a la realidad, que siempre es complicado. A nivel de lo que es el producto, el look and feel, el diseño del loro porque como te he dicho antes era fundamental que no pareciera un robot, y además, creo que va a ser la clave. Al final, todo lo que lleva dentro de tecnología ya existe, las cámaras, la IA…  Me he pasado un año con el diseño para lograr el actual. También, por supuesto en el hecho de auto financiarlo. 

De momento hemos hecho pruebas a nivel visual, a nivel de diseño y el resultado ha sido abrumador porque literalmente lo cogen, lo abrazan, que era el objetivo. Hemos hecho pruebas conectándolo a un ordenador externo y el resultado también ha sido muy bueno. Desde una aplicación móvil tú vas a poder cambiar el alma de Onorato, elegir el tipo o el tono de voz, si quieres que sea chico o chica, si quieres que sea gracioso o serio. Vas a poder cambiarlo todo, es lo que tiene la inteligencia artificial. Se puede cambiar y ajustar en función de cómo la persona va respondiendo. 

Así es, no tiene por qué estar enfocado solo a personas mayores. Ya estamos pensando en Onorato Family para que hable con hasta dos personas a la vez. Escanea a cada uno y lo reconoce de manera individual. Para un poco más adelante tendremos Onorato Family Plus, para una familia de hasta cinco o seis personas, donde a cada uno le trate de forma individual y le hable de sus cosas. Puede hacer los deberes con los niños, hablar de fútbol o de la novela. Al final no deja de ser una mascota simpática e inteligente y a cada uno lo trata con sus problemas. 

Mi padre era fan total de Cruz Roja, a niveles insospechados. Tenía puesta la teleasistencia y cada vez que le llamaban de Cruz Roja le alegraba el día. Me lo decía emocionado, que le había llamado una chica, lo maja que era… Yo le regalé un poster de las chicas de la Cruz Roja. Por lo que este premio me hace todavía más ilusión y sé que él lo estará viendo. Esto es para él.

Además, Cruz Roja es el Apple del impacto social, creo que es la marca de impacto social más potente a nivel internacional y que más credibilidad tiene. Que Cruz Roja, siendo lo que es, apadrine proyectos de impacto social que todavía no están siquiera en el mercado, que nos lance, y nos dé visibilidad, me parece impresionante. Te permite obtener visibilidad, contra la historia y que la gente se entere.