• La entrega de alimentos que se lleva a cabo desde el área de Salud de Cruz Roja a través del Fondo Español de Garantía Agraria tiene como objetivo tanto paliar la escasez de alimentos de las personas vulnerables como asegurar el acceso de todas las personas a alimentos nutritivos y suficientes y ayudarles a que aprendan a alimentarse de una forma más sana y equilibrada.

María es familia monoparental, tiene tres hijos a su cargo y no cuenta con ingresos estables. Los niños consiguen acceder a una dieta mínimamente adecuada gracias a que se quedan a comer en el colegio, pero cuando están en casa a lo máximo que pueden optar es a comer pasta o arroz. La carne o el pescado es un lujo que no se pueden permitir, tampoco otros alimentos considerados esenciales para el desarrollo de un menor.  

El caso de esta mujer de Castellón, a la que Cruz Roja ayuda desde hace cuatro años con alimentos, ropa y en ocasiones apoyando el pago de recibos de la luz, el gas y el agua de su vivienda, no se inscribiría dentro la última cifra que arroja la FAO respecto al hambre en el mundo y que en 2019 alcanzó los 820 millones de personas, es decir, una de cada nueve personas.  María y sus hijos se englobarían en otra cifra todavía más alarmante, son parte de los 2000 millones de personas que sufren inseguridad alimentaria en el planeta. 

Las personas que padecen inseguridad alimentaria moderada no sufren hambre necesariamente, pero carecen de un acceso regular a alimentos nutritivos y suficientes, por lo que presentan mayor riesgo de diversas formas de malnutrición y mala salud. Este indicador también revela que incluso en los países de ingresos altos existen partes considerables de la población que carecen de un acceso regular a alimentos nutritivos y suficientes. Se estima que el 8% de la población de América septentrional y Europa padece inseguridad alimentaria, principalmente a niveles moderados.

Se estima que el 8% de la población de América septentrional y Europa padece inseguridad alimentaria, principalmente a niveles moderados

Más allá del hambre: talleres para aprender a comer mejor

Por eso, la entrega de alimentos que se lleva a cabo desde Cruz Roja a través del Fondo Español de Garantía Agraria con fondos europeos no se limita únicamente a paliar la problemática de la escasez de alimentos de las personas vulnerables, sino que está enfocado a algo mucho más ambicioso: asegurar el acceso de todas las personas a alimentos nutritivos y suficientes y ayudarles a que aprendan a alimentarse de una forma más sana y equilibrada.

Los hogares en situación de vulnerabilidad, en ocasiones adquieren hábitos alimentarios poco saludables que, en ciertos casos, provocan malnutrición y obesidad.  “Los factores socioeconómicos influyen en los hábitos alimentarios. Las familias vulnerables con menor nivel de educación tienen una alimentación menos equilibrada”, asegura Sandrine da Cunha, nutricionista y parte del equipo de salud de Cruz Roja.  

Cruz Roja acompaña esta ayuda alimentaria con acciones de de sensibilización y acompañamiento tales como orientaciones y sesiones informativas y formativas sobre alimentación saludable. Las personas beneficiarias no solo reciben mensualmente legumbres, verduras, pescado o carne en conserva, aceite, leche o cereales, todos ellos alimentos no perecederos que se engloban dentro un listado de alimentos sanos que proporcionan una alimentación equilibrada, sino que reciben información y consejos para saber cómo aprovechar al máximo esta ayuda. 

Desde que estalló la pandemia, la celebración de estos talleres se ha visto alterada debido a la crisis sanitaria, pero con las cajas de alimentos se sigue haciendo entrega de información y sugerencias para preparar platos e información nutricional. 
 

Una dieta sana necesita de alimentos frescos

Una dieta equilibrada debe incluir alimentos frescos. Para que las familias vulnerables puedan incluir frutas, verduras, carnes y pescados frescos en su alimentación, Cruz Roja les hace entrega de unas tarjetas prepago para que puedan adquirir este tipo de alimentos. En estos casos, la Organización hace un seguimiento individual de las familias para asegurarse que las tarjetas se emplean de forma adecuada. Es una de las líneas con las que trabaja Cruz Roja, complementar la entrega directa de alimentos con las tarjetas prepago que permiten que sea la propia persona la que realiza sus elecciones alimentarias en torno a la calidad, cantidad de alimentos y momento de la compra.