“Lo importante es ser una persona productiva y tratar bien a la clientela” - Ahora
Publicador de contidos
- A los 54 años, Alejandro Martínez se quedó sin trabajo. Después de un tiempo de incertidumbre sobre su futuro profesional, se acercó a Cruz Roja en Castellón y gracias a ese pequeño paso y, sobre todo, a su voluntad y empeño, su situación comenzó a vislumbrar algo de luz.
Alejandro Martínez, de madre argentina y padre español, llegó a Castellón hace un año y seis meses. Después de un periodo de trabajos temporales se quedó sin empleo. A pesar de su realidad, las ganas por seguir trabajando se antepusieron frente a la barrera invisible del edadismo. “Un familiar me dijo que acudiera a Cruz Roja porque seguro que me ayudarían y, sin pensarlo demasiado, fui”, cuenta Alejandro.
Después de conversar con las técnicas del Plan de Empleo de Cruz Roja, a las que él mismo llama “sus ángeles”, se unió al Programa Desafío +45, iniciativa que pretende luchar contra el edadismo fomentando la igualdad de oportunidades para el talento senior. Tras informarse, decidió apuntarse al Curso de Expendedor/a de gasolina que, en aquel momento, ofrecía la Organización en colaboración con la empresa Markoil (filial del Grupo BP). “Yo lo que quería era formarme y volver a trabajar. Realicé el curso, hice las prácticas y pasado un mes me llamaron. La verdad es que no me lo esperaba y estoy muy contento con el trabajo, la empresa y mis compañeros”, explica con una sonrisa.
Por desgracia, el edadismo puede llegar a nublar las aptitudes, actitudes y, en consecuencia, el camino de personas que, como Alejandro, quieren conseguir un empleo. Por suerte, gracias a la Organización y al compromiso de empresas colaboradoras del Plan de empleo de Cruz Roja, Alejandro tiene un trabajo estable y ha transformado su vida. “Es difícil romper con la barrera del edadismo, darse a conocer y hacerse un hueco en la comunidad y más, si no conoces a mucha gente y no tienes a alguien que te acompañe y te abra las puertas en ese sentido”, dice el protagonista.
Ahora, Alejandro Martínez cuenta con un trabajo estable que le permite vivir tranquilo sin importar su edad o su situación y espera que su experiencia sirva de ejemplo para otras que estén pasando algo similar a lo que él vivió. Para mí, las técnicas del Plan de Empleo de Cruz Roja, Elena, Toñi y Mariló han sido una bendición y estoy más que agradecido por la oportunidad que me han dado”, añade ilusionado.
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