La historia de cómo Cruz Roja salvó a 30.000 personas de la inanición - Ahora
Publicador de contidos
- Un barco de Cruz Roja hizo llegar alimentos a las personas que vivían en el Canal de la Mancha, ocupado por el ejército alemán, durante la Segunda Guerra Mundial. Al borde de la inanición, 30.000 personas pudieron sobrevivir gracias a la ayuda humanitaria que prestó la Organización.
“Todo el mundo gritaba Vega, Vega, se podía escuchar en toda la ciudad, todo el mundo estaba emocionado y le dio una bienvenida entusiasta”. Quien hace esta rotunda declaración es Molly Bihet, escritora. Ella fue una de las personas que vivía en las islas del Canal de la Mancha en 1944, en plena Segunda Guerra Mundial. Las islas, el único territorio británico que fue ocupado por el ejército alemán, sufrían en aquel momento el empuje aliado a través de Europa. Como resultado: no había suministros. Un barco de Cruz Roja, el Vega, les salvó.
Las tropas alemanas habían desembarcado en Guernsey, una de las islas del Canal, unos años antes, en 1940. Por orden expresa de Adolf Hitler, las islas del Canal, donde vivían alrededor de 30.000 personas, se convirtieron a partir de ese momento y durante cinco largos años de ocupación en una “fortaleza inexpugnable”.
Después de haber tomado las islas, el ejército alemán era el responsable de alimentar a 60.000 personas, así como a su propia guarnición, que era de 26.8000 soldados, con suministros enviados desde la Francia ocupada por Alemania. Sin embargo, todo cambió con los Desembarcos de Normandía el 6 de junio 1944, cuando el avance aliado a través de Europa interrumpió las líneas de suministro.
El 5 de noviembre de 1944 las islas del Canal estaban al borde de la inanición
Unos cinco meses más tarde, el 5 de noviembre, la situación en las islas era insostenible. Justo esa misma fecha (según se sabe por los registros), el alguacil de Guernsey recibió permiso de las autoridades militares para enviar detalles de la situación desesperada a la Cruz Roja Internacional. En Jersey, otra de las islas del Canal, un informe similar fue enviado apenas unos días más tarde.
La carta del alguacil de Guernsey al secretario general de la Cruz Roja Internacional no podía ser más ilustrativa de lo que se estaba viviendo: “La población civil necesita suministros urgentes de artículos esenciales. Instamos a la visita inmediata de los representantes de la Cruz Roja”. Y añadía: “Todas las raciones se redujeron drásticamente. El pan termina el 15 de diciembre. El azúcar termina el 6 de enero [...] Sal agotada. Stock de ropa y calzado casi agotado. Combustible, gas y electricidad terminan a fin de año. Agotados los stocks de carbón. Combustible de madera inadecuado. Muchos suministros médicos esenciales terminaron”.
El 9 de noviembre, el Ministerio del Interior del Reino Unido sugirió a la Organización Común de Guerra (JWO) de la Cruz Roja Británica y la Orden de San Juan que adoptaran iniciativas para ayudar a los y las isleños. El Vega, un barco de Cruz Roja cargado de paquetes de alimentos y suplementos dietéticos para las personas enfermas, salió de Lisboa el 20 de diciembre. Llegó a Guernsey solo 7 días más tarde, el 27 de diciembre; y a Jersey el 31 de diciembre.
“Había rumores todo el tiempo y se hablaba de un barco que venía, luego llegó, y estaba allí, con la gran cruz roja encendida, roja y blanca. Esa era la emoción, todo el mundo estaba esperando sus paquetes de la Cruz Roja”. Este es el esperanzado sentimiento que manifestó Herbert Nicholls, uno de los habitantes de las islas, y cuyo testimonio ha perdurado en el tiempo.
“Estaba allí, con la gran cruz roja encendida, roja y blanca”
En su primera visita, el Vega entregó en las islas 119.792 paquetes de alimentos estándar, 4.200 paquetes de suplemento de dieta para enfermos, 5,2 toneladas de sal, cuatro toneladas de jabón, 96.000 cigarrillos, suministros médicos y quirúrgicos, y una pequeña cantidad de ropa para niños y bebés. Además, visitó las islas hasta en seis ocasiones más.
La última fue aproximadamente un mes después de que estas hubieran sido liberadas en 1975, y antes de que se restableciera un servicio regular de ferry y el regreso de los muchos evacuados. La Cruz Roja, además, también había participado en la entrega de suministros médicos vitales a la isla con medicamentos, drogas y tiendas médicas enviadas desde 1942 en adelante; incluso había facilitado algunos requisitos individuales, como una bota quirúrgica para una mujer mayor, un arnés ortopédico para un hombre, medicamentos para un hombre que había sido gravemente gaseado en la Primera Guerra Mundial y un nuevo equipo para un radiólogo.
Por todo ello, el Vega, y Cruz Roja, son nombres que siempre permanecerán en la memoria de todas aquellas personas que vivieron en las islas.
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