Árboles de ganchillo que unen - Ahora
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- Más de 500 kilómetros separan Velilla de Jiloca, un pueblo cerca de Calatayud, en Zaragoza de A Gudiña, un municipio de la provincia de Orense. Pero a pesar de la distancia, ambas localidades tiene algo en común. Las dos se muestran orgullosas de lucir unos árboles de Navidad confeccionados con ganchillo por personas usuarias de alguno de los proyectos de Cruz Roja.
En el pueblo de Zaragoza viven 60 personas. Una de esa localidades de la España despoblada donde la oferta de ocio es prácticamente nula. Allí vive Luisa Molina, voluntaria de Cruz Roja y concejala del Ayuntamiento. Un día vio en las noticias como en otra localidad se había puesto en marcha una iniciativa similar y decidió hablar con Cruz Roja para ver de qué modo podían colaborar. Luisa ya organizaba talleres de memoria con Cruz Roja dirigida a las personas del pueblo, desde la Organización enseguida se interesaron por la idea y proporcionaron el material para realizar esta actividad comunitaria en la que casi una veintena de mujeres se juntaban para tejer y compartir un tiempo juntas. “Se lo comenté a una mujer del pueblo y le encantó la idea. El objetivo era juntarnos un rato y además de hacer ganchillo, hacernos compañía. Una cuenta una cosa, la otra, otra…” explica Luisa.
Ella les enseñó a hacer ganchillo a las que no sabían y durante el verano estuvieron las 20 ganchilleras tejiendo para confeccionar los cuadrados de este árbol de Navidad que lleva adornando las calles del pueblo desde hace unas semanas y que me mide más de 4 metros y medio, además de la estrella que la corona que suma otros 50 centímetros. “Hemos llegado a tener mil cuadros”, añade la voluntaria. No han sido las únicas que han participado en la actividad, varios hombres del pueblo también han ayudado a colocar el árbol, coser el armazón, colocar las luces, etc. “Ha quedado perfecto”, sentencia satisfecha Luisa.
El árbol ha gustado tanto que son muchas las personas de otras localidades que se han acercado hasta allí para verlo. Además, el árbol de ganchillo está participando en un concurso navideño de escaparates y adornos y de momento, va en cabeza. “La gente está muy ilusionada, vienen a verlo, a hacerse fotos, tanto grandes como pequeños”, cuarenta Luisa. La actividad ha tenido tanto éxito que ya se han propuesto confeccionar otra pieza de ganchillo, un toldo para tapar el sol en la zona donde se reúnen las personas mayores, además de los banderines que decorarán tofo el pueblo durante las fiestas. “En lugar de plástico, los adornos este año serán duraderos”, concluye.
El club de artesanía de Viana
Natalia Blanco es la coordinadora de Cruz Roja de la Asamblea Comarcal de Cruz Roja en Viana, Conso-Frieiras (provincia de Ourense). En esta oficina luce actualmente el árbol de ganchillo elaborado por mujeres usuarias del uno de los programas de la Organización dirigido a personas mayores hace tres años. “Tenemos un club de artesanía donde las personas usuarias comparten lo que cada una sabe hacer. El crochet o el ganchillo, aunque se están recuperando, ya no se practican tanto como antes. A dos de estas mujeres se les daba muy bien y acordamos realizar esta tarea cooperativa para enseñarle al resta. Las usuarias empezaron a hacer cuadros, y las más mañosas acabaron uniéndolos para confeccionar el árbol de Navidad”, explica Natalia. A la actividad se sumaron 15 personas, aunque hoy en día, el club de artesanía tiene todavía más participantes. El árbol ha pasado por muchos sitios, por el centro social de la localidad, entre otros, y en la actualidad es a decoración oficial de la asamblea comarcal de Cruz Roja.
“El objetivo es crear un espacio para ellas, para compartir, para que se rieran… Es una actividad para que se entretengan y que se relacionen”, cuenta Natalia que, como Luisa, también se muestra orgullosa del resultado: “Salen cosas tan bonitas como esta”. Cruz Roja organiza otras actividades dentro de este proyecto, como talleres de juegos de mesa o salidas a zonas naturales, además del trabajo que realizan para acercar las nuevas tecnologías a las personas usuarias, en su mayoría, personas mayores.
La respuesta es siempre positiva. “En esta zona no hay mucha oferta de actividades, las opciones son muy limitadas y ellas siempre están muy agradecidas de todo lo que organizamos. Son personas muy dinámicas, les encanta tener siempre algo que hacer, les gusta innovar… Con las nuevas tecnologías están entusiasmadas”, asegura la coordinadora de Cruz Roja.
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