• A través de 145 talleres y sesiones informativas y la distribución de material divulgativo se han proporcionado herramientas para mejorar los hábitos alimenticios, la gestión emocional y prevenir el desperdicio de alimentos.

• La iniciativa apuesta por un modelo de acompañamiento comunitario y personalizado, con una mirada integral que aborda tanto las necesidades nutricionales como emocionales.

• Un 74% de las personas participantes son mujeres, muchas de ellas responsables de familias monoparentales.

Cruz Roja en Catalunya ha desplegado durante 2024 el proyecto “Desperdicio Alimentario y Bienestar Emocional”, una iniciativa que ha llegado a 5.442 personas en situación de vulnerabilidad, con acciones que combinan la promoción de hábitos alimentarios saludables, la prevención del derroche alimentario y el refuerzo del bienestar emocional.

Este proyecto, que se ha implementado gracias a la financiación de la subvención CONVO del Departamento de Derechos Sociales e Inclusión de la Generalitat de Catalunya, se ha llevado a cabo en 45 asambleas locales de Cruz Roja de toda Catalunya. La iniciativa ha ido mucho más allá de la entrega de recursos y ha apostado por un modelo de acompañamiento comunitario y personalizado, con una mirada integral que aborda tanto las necesidades nutricionales como emocionales de las personas participantes.

En el marco de este proyecto, se han desarrollado 130 talleres y sesiones informativas sobre alimentación saludable y sostenible, durante las cuales se han trabajado cuestiones como la planificación de menús y compras saludables, la alimentación en diferentes etapas de la vida, el conocimiento y la interpretación del etiquetado nutricional, así como la desmitificación de creencias erróneas sobre alimentación. Además se han realizado sesiones prácticas de cocina con recetas de aprovechamiento.

Talleres de alimentación y de bienestar emocional

Por otra parte, se han realizado 15 talleres específicos sobre bienestar emocional, centrados en aspectos como la alimentación emocional, la autoestima, el autoconocimiento y la promoción de una relación saludable con la comida desde la infancia.

El proyecto también ha incluido la distribución de material divulgativo y acciones de sensibilización en redes sociales que han permitido llegar a 26.700 visualizaciones. Este enfoque ha permitido empoderar a las personas participantes, ofreciéndoles herramientas para tomar decisiones informadas y promover cambios duraderos en sus hábitos diarios.

El 74% de las participantes son mujeres

La iniciativa ha tenido una fuerte presencia femenina, con un 74% de mujeres participantes, muchas de ellas con cargas familiares importantes o cuidadoras principales en hogares con menores económicamente dependientes. Este dato refleja las dinámicas de género que sitúan a las mujeres en el centro de la gestión alimentaria y emocional de las familias, y que las exponen con mayor intensidad a las consecuencias de la pobreza.