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La vida en tránsito de una familia ucraniana
MUNDO
La vida en tránsito de una familia ucraniana
21/03/2022
ESCRITO POR:
ENTREVISTA POR:
Cruz Roja
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Cruz Roja
  • Cruz Roja Burgos acompaña a una familia de refugiados ucranianos hasta la estación de tren que les lleva hasta su destino final: Galicia. En su maleta, gratitud hacia el pueblo español y ganas de huir del conflicto y de las bombas.

El pequeño Eric sonríe desde la estación de tren de Rosa de Lima de la capital burgalesa. Aguarda en los brazos de Marsha, su madre, entre lloros y sonrisas. Está cansado, como sus padres, sus hermanas y la ex mujer de su padre, que también viaja con ellos. Todos salieron de su país, Ucrania, hace cinco días huyendo de los bombardeos. Jamás pensaron que el pequeño de la familia cumpliría medio año de vida en España; pero todos lo celebran. “No nos lo pensamos y hemos huido en cuanto hemos podido del terror de las bombas. Aquí nos sentimos a salvo”, añaden.

Antes de llegar a la estación de tren de Burgos, personal de Cruz Roja les ha acompañado en su tránsito en España. “Nunca tendremos tiempo de agradecer todo el cariño y el apoyo que hemos recibido de España y de Cruz Roja”, evoca Marsha mientras mece a su pequeño en brazos para calmar su llanto. Una gratitud que ya comenzaron a sentir en sus primeras horas fuera del país “cuando nos encontramos con voluntarios que nos ayudaron a llegar hasta aquí”. “Les dijimos que teníamos que llegar hasta Vigo, porque allí nos esperan unos amigos ucranianos que se han ofrecido a acogernos en su casa”, explica el marido de Marsha, a quien los cinco días de tránsito han hecho mella en su rostro y en su ánimo, “aunque estamos más que agradecidos del país en el que vamos a poder descansar y comenzar de nuevo”, evoca el padre; mientras carga con las cinco maletas en las que aguardan ropa, peluches y recuerdos.

 

"Nunca tendremos tiempo de agradecer todo el cariño y el apoyo que hemos recibido de España y de Cruz Roja"

 

La familia con la que viaja Eric, la componen también sus dos hermanas y la madre de éstas, Helena. Seis personas de nacionalidad ucraniana que salieron hace menos de una semana de la ciudad de Dnipró “asustados y con lo puesto”. “No cogimos ni el carro del bebé porque con las maletas no podemos viajar”, apostilla la madre, mientras calienta un biberón para el viaje en tren mientras una voluntaria de Cruz Roja hace carantoñas al pequeño.

“Se ha convertido en el protagonista del viaje”, sostiene Tania, del programa de Refugiados de Cruz Roja Burgos; que ha acompañado a toda la familia desde el hotel en el que, “por fin”, han podido descansar tras un largo viaje que les llevó hasta la frontera de Polonia y de ahí, en bus, y tras más de 48 horas hasta el norte de España.

 

Huir por segunda vez de tu casa

Eric no lo sabe, pero su familia ya huyó hace ocho años de su casa y de su ciudad, cuando comenzó el conflicto en la zona del Donbás. “Como nosotros, tenemos amigos que huyeron en 2014 y se compraron una casa buscando ser felices de nuevo, formaron familias y ahora temen perderlo todo de nuevo. Bueno, tenemos perderlo todo”, afirma el cabeza de familia.

Su historia es la historia de muchos compatriotas que estos días cruzan la frontera de su país en busca de la ayuda europea. “Y allí la hemos encontrado y creo que no estaba tan a salvo desde que era un niño”, declara emocionado el padre de Eric. 

 

Gracias a España

“Gracias al pueblo español y a Cruz Roja. Gracias”, repite su mujer una y otra vez con las pocas palabras en castellano que ha podido aprender con el traductor de su teléfono móvil, mientras el personal que les acompaña hasta la estación de tren les recuerda que “en toda España existe Cruz Roja y pueden acudir a sus sedes y asambleas estén en Burgos o en Vigo o dónde sea para cualquier tipo de ayuda”. “Gracias a España y al pueblo español”, asevera la joven emocionada.

Además del cumple “de medio año” de Eric”, hoy es el cumpleaños del padre de Helena. “Ni mis hijas ni yo hemos podido llamar a mi padre para felicitarle ni sabemos si están bien”, explica visiblemente emocionada, al recordar que sus progenitores, de edad avanzada, “se han quedado en el Donbás porque no tienen forma de salir de allí”. 

El tren anuncia su llegada. Con un frío “similar al de su país”, recogen sus maletas y se despiden con un abrazo del personal de Cruz Roja que “tanto les ha ayudado”. “Os llamaremos cuando lleguemos”, afirma Marsha mientras coloca en sus brazos al pequeño Eric antes de subir con su macuto. Comienza de nuevo el tránsito para esta familia. Otro viaje en la huída; el primer viaje en tren para Eric. 



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