Unos escalones, una barrera para que muchas personas puedan bajar a la calle - Ahora

• Unos simples o complejos escalones, según la realidad que vivamos, pueden separar a muchas personas con movilidad reducida de poder disfrutar de un paseo, de salir a tomar un café a una terraza o de realizar cualquier gestión rutinaria.

Las barreras arquitectónicas de algunos edificios, como escalones en el portal o no tener ascensor, impiden que muchas personas con dificultades de movilidad puedan salir de sus casas. Desde Cruz Roja en Baleares se traspasan estas barreras gracias a "Baixem al Carrer", un proyecto en el que el voluntariado de la Organización hace uso de una escalera móvil para ayudar a estas personas a salir de sus hogares. 

Erika María presenta parálisis cerebral y vive en Sevilla, pero seis meses al año su tía Encarnación, que vive en Palma de Mallorca, se hace cargo de ella para ayudar a su hermana. “Vivo en un quinto sin ascensor y cada vez que venía mi sobrina se nos hacía un mundo subirla y bajarla”, se sincera Encarnación. 

La tía de Erika conocía parte de la labor de la Organización, pero nunca se había imaginado que pudieran echarle una mano con su sobrina hasta que un día decidió llamar a Cruz Roja. “Nos atendieron amablemente y nos hablaron sobre el proyecto y la posibilidad de acudir a subir y bajar a Erika cuando fuera necesario”, asegura Encarnación.  

Un mismo espacio urbano puede significar algo muy diferente según quién lo transite. Por ello, ser consciente de las diferentes realidades que existen en el mundo es clave para adecuar los entornos y las estancias con el objetivo de que sean accesibles y justas para todos y todas. “Estamos contentísimas con la labor que están haciendo, por eso al ver su trabajo decidimos hacernos socias las tres como una forma de devolver la ayuda que Cruz Roja nos estaba dando”, confiesa emocionada Encarnación.  

El año pasado, gracias al Ayuntamiento de Palma, Cruz Roja pudo ofrecer este servicio semanalmente a 49 personas residentes en Palma de Mallorca.