Una ola de solidaridad: 20 años del 11M - Ahora
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- El 11 de marzo es, desde hace 20 años, una fecha grabada en la memoria colectiva del país. Aquel día, en medio del bloqueo, el miedo y la desgracia, una generosa e inmediata respuesta abrazó a todas las personas víctimas del atentado ocurrido en Madrid.
20 años han pasado desde que el Centro de Coordinación de Cruz Roja en Madrid recibiera el aviso del SUMMA 112 solicitando recursos para asistir a personas heridas en la estación de cercanías de El Pozo y en las proximidades de Atocha a las 7:50 del 11 de marzo de 2004. En ese momento dio comienzo un dispositivo sociosanitario que puso a prueba la capacidad de respuesta de la Organización y de toda la sociedad.
Cruz Roja, en coordinación con las autoridades responsables en el ámbito de la protección civil y emergencias, activó a demanda de los servicios públicos un operativo que implicó a su red territorial y movilizó a un total de más de 900 personas voluntarias. El balance fue estremecedor: 192 personas fallecieron y cerca de 2.000 personas resultaron heridas.
Las primeras intervenciones se efectuaron en cuestión de minutos, despachando diferentes vehículos ambulancia asistenciales, incluso de fuera del ámbito de la Comunidad de Madrid, así como un Centro Móvil de Coordinación que se desplazó a las cercanías de la Estación de Atocha, enviando 100 camillas y mochilas botiquín, junto con sacos para transporte de cadáveres entre otros materiales. Por otro lado, se pusieron en marcha los sistemas de donación de sangre y comenzaron a funcionar de manera progresiva los Equipos de Respuesta Inmediata en Emergencias de Apoyo Psicosocial de Madrid, Cataluña, Extremadura, Huesca y Granada.
En medio de esta tragedia, la atención psicosocial de las víctimas de los atentados, directas e indirectas, fue precisamente uno de los ejes clave de la intervención de Cruz Roja durante el 11M. La Organización movilizó de forma automática a 13 ERIES (Equipos de Respuesta Inmediata en Emergencias) de Apoyo Psicosocial de diferentes provincias, incluida la capital, y se trasladaron inmediatamente a los lugares de mayor demanda por parte de las víctimas y familiares. Se atendieron a 1.200 personas y se distribuyeron 3.000 folletos para víctimas, familiares y amistades con recomendaciones sobre cómo afrontar los hechos ocurridos.
Cada equipo de atención psicosocial estaba formado por, aproximadamente, 15 personas voluntarias que iban desde psicólogos/as hasta profesionales del trabajo social pasando por médicos/as, enfermeros/as y socorristas de acompañamiento. Las tareas de estos equipos se centraron en:
- Apoyo en ruedas de reconocimiento.
- Acompañamiento a las familias.
- Información sobre datos disponibles.
- Acompañamiento a menores (se instalaron espacios amigables para niños y niñas).
- Apoyo psicosocial.
- Asistencia sanitaria ante ante descompensaciones
- Facilitaron el contacto con familiares extranjeros.
- Puntos de avituallamiento.
- Canalizar demandas de las víctimas.
“En el año 2004 no estaba tan interiorizada la atención psicológica ni tenía tanta importancia como tiene ahora. Los que estábamos allí hicimos esta labor con el mayor cariño del mundo y mucha empatía hacia las familias”, defiende Ignacio García, técnico autonómico del área de Socorros y Emergencias, y una de las personas que atendió a las víctimas y familiares aquel trágico día. La intervención en materia de apoyo psicosocial movilizó en total a más de 200 personas voluntarias de diferentes puntos del territorio con el objetivo de ser y actuar bajo el principio de Unidad, es decir, como una sola Cruz Roja.
Con todo, se desplegaron:
- Trece equipos de apoyo psicosocial de 12 provincias con 208 personas voluntarias.
- 52 ambulancias.
- 26 vehículos de transporte.
- Dos centros móviles de coordinación movilizados con la labor de 480 personas voluntarias de 6 provincias.
- 6 puntos de recogida de donaciones de sangre.
- Un centro de atención telefónica las 24 horas del día donde 216 voluntarios/as atendieron más de 6.000 llamadas de familiares y personas allegadas.
- Un servicio de búsquedas que tramitó en los primeros días un centenar de solicitudes de localización procedentes de 15 países.
Toda esta red, que se tejió en cuestión de horas y que hizo frente a uno de los momentos más recordados y trágicos del país, fue y sigue siendo el reflejo de una Organización comprometida con las personas. Una respuesta solidaria que perdurará en el tiempo y en los corazones de aquellos y aquellas que intervinieron.
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