Rafael Yuste: "La actividad mental define nuestra esencia, por eso tiene que ser protegida como un derecho humano básico" - Ahora
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Rafael Yuste es presidente de la Fundación Neuroderechos y uno de los neurocientíficos más prestigiosos del panorama mundial. En 2011, el neurocientífico Rafael Yuste y su equipo enviaron a la administración Obama el borrador de un proyecto complejo a la par que ambicioso. En el comunicado trataban de explicar que el cerebro era el gran desafío de nuestra generación, que necesitaban tecnología para ahondar en ello y que sería una oportunidad para que Estados Unidos liderase la ciencia mundial. Así empezó BRAIN, un proyecto que busca comprender científicamente a nuestro cerebro, alcanzar la cura de enfermedades mentales y mejorar la especie humana. Hoy, Rafael Yuste llega a AHORA para hablarnos del poder de la neurotecnología y para explicarnos a qué nos referimos cuando hablamos de neuroderechos.
Este año 2024, la Fundación Neuroderechos fue galardonada con una de las Medallas de Oro de Cruz Roja.
¿Qué es y en qué punto se encuentra el proyecto BRAIN (que tú impulsaste)?
El proyecto BRAIN empezó en el año 2013 en EEUU, lanzado por el presidente Obama, y actualmente engloba a 550 laboratorios entre EEUU y el resto del mundo. Tiene un presupuesto para este año fiscal de 900 millones de dólares garantizado hasta el año 2026.
En este tiempo el proyecto BRAIN ha generado y está generando gran cantidad de métodos (eléctricos, ópticos, magnéticos, acústicos…) de neurotecnología para medir la actividad del cerebro o para cambiarla. Actualmente, BRAIN ha inspirado a proyectos similares en otros países incluido China, Japón, Corea, Australia, Canadá, Israel y Europa.
¿Por qué el cerebro es un órgano tan especial, complejo y distinto al resto?
El cerebro no es un órgano más del cuerpo, sino que es el órgano que genera toda la actividad mental y cognitiva de los seres humanos, desde nuestras percepciones, nuestros pensamientos o ideas, nuestras emociones, nuestras memorias, también la imaginación, las decisiones, la conciencia, el yo, la personalidad, así como el subconsciente. Todo esto está generado por el cerebro, por eso es el órgano más importante del cuerpo porque, al final, los seres humanos nos definimos a nosotros mismos por nuestras propiedades mentales.
Tu trabajo se ha centrado en analizar cómo funciona la conciencia y los recuerdos, e incluso cómo estos se pueden alterar experimentalmente, ¿Qué has aprendido de nuestro cerebro tras años de estudio e investigación?
Estamos todavía en ello, estamos investigando qué es un pensamiento, qué ocurre en el cerebro cuando una persona o un animal piensa en algo. Lo estudiamos en ratones, en concreto, analizamos la corteza cerebral del cerebro de los ratones porque esta es común a todos los mamíferos y si podemos entender cómo funciona la corteza cerebral de un ratón podremos comprender cómo funciona la de una persona. Entonces, estamos investigando la hipótesis de que cuando un ratón tiene un pensamiento, una idea, una percepción o un recuerdo, hay un conjunto de neuronas que se disparan a la vez. Y esta es la hipótesis de los conjuntos neuronales, que, según esta idea, son las bases fundamentales de la actividad mental.
¿De qué hablamos cuando hablamos de neuroderechos y qué retos tienen por delante?
Los neuroderechos son nuevos derechos humanos para proteger la actividad cerebral y los datos cerebrales. Esta protección es necesaria porque la neurotecnología se está desarrollando muy rápidamente. El cerebro es el órgano que genera la actividad mental y la neurotecnología son métodos para registrar y cambiar la actividad cerebral. Con lo cual, como la actividad mental define la esencia del ser humano nosotros pensamos que tiene que ser protegida como un derecho humano básico, y esto lo hemos capturado con la idea de los neuroderechos, nuevos derechos humanos que protejan la actividad cerebral y la información que procede del cerebro.
¿Por qué no hay que tener miedo a los avances tecnológicos?
Esta neurotecnología nos va a permitir por un lado, entender cómo funciona el cerebro, lo que será una manera de entendernos por primera vez, científicamente, a los seres humanos. Y por otro lado, la neurotecnología nos va a permitir entender las enfermedades cerebrales, poder diagnosticarlas y tratarlas. Enfermedades como el alzheimer, el parkinson, la epilepsia, la discapacidad, la psicosis, depresiones, ansiedad, ictus, parálisis, ELA…
Existen un montón de enfermedades que afectan al cerebro y que, desafortunadamente, no podemos hacer prácticamente nada por los y las pacientes porque no tenemos la tecnología para poder entrar ahí. Por esa razón, es muy importante desarrollar la neurotecnología.
Se estima que las enfermedades cerebrales van a afectar a un tercio de la población durante el curso de su vida. Entonces, por esa razón y por entendernos a nosotros mismos, tenemos que desarrollar estos métodos, pero tenemos que hacerlo de una manera responsable, con una innovación responsable, respetando los derechos humanos y asentando este desarrollo en una base humanística.
¿Cómo cambiará la neurotecnología nuestro cerebro dentro de unos años?
Yo creo que el mayor cambio va a ser que nos permitirá conectarnos directamente a la red, esto es una cosa que ahora hacemos a través de los móviles u ordenadores, pero esta tecnología nos va a permitir incorporar a nuestra actividad mental elementos externos tanto para aumentar la memoria, nuestra capacidad de procesamiento de información o incluso para ampliar nuestras percepciones y nuestro comportamiento.
Esto va a llevar a una mejora de la humanidad que va a ser muy importante, porque de la misma manera que ahora tenemos una aumentación física cuando utilizamos cierta ropa, zapatos o gafas, lo que vamos a acrecentar, en este caso, es lo que nos define como especies, lo que dará lugar a un ser humano futuro que tendrá aumentación cognitiva y mental. Será una manera de trasladarnos de una forma más rápida.
¿Cómo fue para la Fundación Neuroderechos recibir la Medalla de Oro de Cruz Roja en 2024?
Somos una fundación, no cobramos por nuestro trabajo, y el ser honrados y reconocidos por Cruz Roja Española que es una Organización que cuenta con más de 250.000 personas voluntarias pues es un fuerte espaldarazo de nuestros “hermanos mayores”.