Rafael y José Antonio, un vínculo muy especial - Ahora
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- La soledad o el vacío que alguien puede sentir se lleva por dentro y, en ocasiones, puede ser complicado salir de esa encrucijada y encontrar una chispa que te haga volver a reconectar. Para Rafael esa luz fue, sin duda, José Antonio quien pasó de ser un voluntario de Cruz Roja a convertirse en todo un compañero de viaje.
Rafael tiene 88 años y cuando José Antonio llegó a su vida, vivía solo en Señorío, una localidad a las afueras de Illescas (Toledo). La mujer de Rafael necesita una atención más profesional y se encuentra en una residencia en Illescas por lo que Rafael, cada mañana, coge el transporte público para ir a verla y volver a casa. “Rafael se encuentra bien de salud. Ha sido siempre deportista y su salud es buena. A pesar de esto, no tiene una red familiar amplia, tuvo un par de caídas durante sus salidas y se sentía triste y solo al vivir separado de su mujer. Desde Cruz Roja le ofrecimos un acompañamiento y en ese momento fue cuando apareció el voluntario José Antonio a la vida de Rafael”, explica Noelia Manzaneque, técnica de personas mayores de Cruz Roja en la provincia de Toledo.
Desde que llegó José Antonio, abogado jubilado y voluntario de Cruz Roja en Illescas, los paseos y los viajes a la compra se convirtieron en el día a día de ambos. “Es la primera vez que hago voluntariado y la verdad que he tenido mucha suerte de encontrarme con una persona tan maravillosa como él”, se sincera el voluntario.
Desde hace un mes Rafael ha conseguido plaza en la residencia de su mujer en Illescas y ahora, por fin, están juntos de nuevo. A pesar de esto, Rafael no ha querido prescindir del acompañamiento de José Antonio. Ahora José Antonio va a visitarlo a la residencia y allí continúan sus paseos, pero esta vez junto a la mujer de Rafael. “El otro día nos despedimos porque llegan las vacaciones. Le comenté a Rafael si quería que fuera otra persona voluntaria hasta mi vuelta y él me dijo que no, que me espera. Nos dimos un fuerte abrazo y me dijo que me quería mucho, que desde el primer momento que me vio supo que nos íbamos a llevar muy bien. La verdad es que Rafael es una persona ejemplar”, cuenta emocionado José Antonio.
Rafael se siente profundamente agradecido a Cruz Roja. “Sentirse acompañado es un regalo y él no puede estar más contento con la Organización y, sobre todo, con José Antonio por el trato y la compañía. Entre ellos se ha creado un vínculo tan especial que ya es difícil separarles”, concluye Noelia Manzaneque.
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