Así es el programa ONA: empleabilidad, necesidades básicas y empoderamiento - Ahora
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- El programa ONA (que responde a sus siglas en catalán, ‘Ocupació, Necessitats Bàsiques y Apoderament’) nació en 2020 fruto de un acuerdo entre Cruz Roja Barcelona y Aigües de Barcelona con la colaboración de Tándem Social. Su objetivo es mejorar la empleabilidad de personas vulnerables sin descuidar, al mismo tiempo, su motivación y autoestima.
El programa ONA se basa en la Empleabilidad, las Necesidades básicas y el Empoderamiento. Tres ejes que desde Cruz Roja Barcelona consideran claves para mejorar la situación de personas con dificultades laborales o en riesgo de exclusión social, especialmente tras la pandemia y todo lo que ello ha supuesto para colectivos que ya eran vulnerables antes de su estallido.
Robert Mate, referente del programa ONA en Cruz Roja Barcelona, explica los orígenes del programa. Gracias a los datos recogidos por el Observatorio de la Pobreza de Cruz Roja entre 2018 y 2019 “nos dimos cuenta de que, de las personas atendidas por la Organización , alrededor del 45% se encontraba en situaciones de pobreza recurrente. Un 74%, además, se encontraba en situación de desempleo”, cuenta Mate. Cuando llegó la COVID-19, “estos factores de vulnerabilidad se acrecentaron”, agrega. Y decidieron actuar para tratar de revertir esta dramática situación.
De la mano de Aigües de Barcelona, y con la colaboración de Tándem Social, en 2020 surgió el piloto del programa ONA basado en los tres conceptos que abrazan sus siglas. Respecto a la empleabilidad, se ha trabajado en la mejora de competencias personales y laborales a través de dos itinerarios (dependiendo del contacto reciente o no con el mercado laboral y las experiencias previas). Por otro lado, durante el proceso de duración del programa se ha ofrecido una cobertura casi integral de las necesidades básicas, que han ido desde la alimentación hasta ayudas para el alquiler. Tampoco se ha descuidado la parte de empoderamiento, puesto que, recalca Mate, “el empleo es la mejor herramienta para salir de la exclusión social, pero también hay que trabajar estos otros aspectos”.
Respecto a la empleabilidad, se ha trabajado en la mejora de competencias personales y laborales a través de dos itinerarios
Para ello, la metodología a seguir ha sido individual. Se ha comenzado con una entrevista de valoración individual para conocer la situación sociolaboral de la persona, que ha marcado las acciones que se han realizado a posteriori. En esta primera valoración también se ha puesto el foco en la cobertura de las necesidades básicas y se ha estudiado qué requería la persona en cuestión, algo para lo que Cruz Roja ha contado también con los servicios sociales del municipio donde ha operado el proyecto con el fin de “no duplicar recursos, sino integrarlos de la mejor manera posible”. Tras esta primera fase, se ha hecho un diagnóstico de empleabilidad y se han reforzado las competencias básicas y técnicas dependiendo de la situación de la persona. Esto ha abarcado desde acciones de motivación y acción de tipo laboral hasta reciclaje formativo o reajuste curricular atendiendo a las demandas del mercado.
Los datos que se desligan del programa acaban de presentarse recientemente y no podrían ser más positivos. Así, los resultados de la prueba piloto en Barcelona, que se ha llevado a cabo durante dos años (2020 y 2021), evidencian que ha habido un ratio de finalización del 86%. Además, de las 231 personas que han participado, un 55% ha acabado el programa con un contrato laboral. Después de esta fase piloto en la Ciudad Condal, el programa ONA se ha ampliado también a los municipios de Cornellà de Llobregat, L’Hospitalet de Llobregat, Sant Adrià de Besòs y Santa Coloma de Gramenet. El objetivo, además, es llegar más lejos, puesto que la idea es que pueda replicarse en otros territorios.
El programa ONA pretende también acompañar de forma integral a las personas que participan incluso cuando ya han obtenido un trabajo, intentando reforzar su autonomía personal y laboral al máximo. “Insistimos en mantener el contacto porque hay gente que llevaba sin trabajar uno o dos años, y hay hábitos que se pierden por la falta de experiencia. También hay contratos temporales, así que procuramos hacer un seguimiento”, concluye Robert Mate, referente del programa ONA en Cruz Roja Barcelona.
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