Una victoria para la Humanidad: entra en vigor el Tratado sobre la prohibición de las armas nucleares - Ahora
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- 51 países han ratificado hasta el momento el Tratado que es jurídicamente vinculante
El 22 de enero de 2021 será un día que pasará a la historia. Es la fecha de entrada en vigor el Tratado sobre la prohibición de las armas nucleares (TPAN), el primer instrumento de derecho internacional humanitario que mitiga las consecuencias humanitarias causadas por el uso y el ensayo de armas nucleares.
¿Qué supone el Tratado sobre la prohibición de las armas nucleares?
Este acuerdo supone la prohibición del uso, desarrollo, producción, ensayo, amenaza y almacenaje de armas nucleares y obliga a los 51 países que lo han ratificado hasta el momento a no ayudar, alentar o inducir de cualquier manera a nadie a realizar cualquier actividad prohibida por el Tratado. El Tratado es jurídicamente vinculante para los 51 Estados que lo han ratificado o se han adherido a él y será vinculante para los demás Estados que lo ratifiquen o se adhieran a él en el futuro.
“Hoy es una victoria para la humanidad. Este Tratado –resultado de más de 75 años de labor– envía una señal clara: las armas nucleares son inaceptables desde una perspectiva moral, humanitaria y, ahora, también jurídica. Pone en marcha barreras jurídicas aún más elevadas y activa una estigmatización de las ojivas nucleares aún mayor de la que ya existe. Nos permite imaginar que un mundo libre de estas armas inhumanas es un objetivo alcanzable”, afirmó Peter Maurer, presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja celebran la acogida del pacto que se posiciona como el primer instrumento de derecho internacional capaz de ayudar tanto a las víctimas humanas como a las zonas contaminadas por el uso o ensayo de bombas atómicas.
“Las armas nucleares son inaceptables desde una perspectiva moral, humanitaria y, ahora, también jurídica”, advirtió Peter Maurer, presidente del CICR
Un paso más hacia la unificación global
El pacto establece la obligación de los países que forman parte de él de proporcionar atención médica, rehabilitación y apoyo psicológico a las víctimas de armas nucleares. De la misma forma, se les exigirá la restauración de las zonas afectadas.
En este sentido, los Estados que han decidido sumarse al Tratado, invitan al resto de dirigentes mundiales a unirse a él, incluidos aquellos poseedores de arsenal nuclear como Estados Unidos o Rusia. La suma de cada país al pacto se contempla como una oportunidad de superar uno de los desafíos más grandes de la historia y aprovecharlo para unir y coordinar las acciones mundiales bajo un espíritu de multilateralidad.
Alrededor del mundo hay más de 13.000 bombas nucleares con mayor capacidad de impacto que las lanzadas sobre Nagasaki e Hiroshima. Miles de ellas están preparadas para ser lanzadas en cualquier momento poniendo en riesgo la vida de toda la población global. Bajo este contexto, el Tratado da voz a la mayoría de ciudadanos del mundo, puesto que, según la encuesta de Cruz Roja Internacional “Millenials on war”, el 80% de los participantes contemplan como inaceptable el uso de bombas atómicas.
El Tratado entra en vigor en uno de los momentos más críticos que estamos viviendo a nivel mundial. La pandemia ha demostrado que las consecuencias de explosión de una bomba nuclear harían imposible cualquier tipo de respuesta sanitaria pertinente. Ningún gobierno sería capaz de asumir las necesidades de salud que traería consigo.
Los Estados Partes celebrarán su primera reunión a lo largo del 2021. Mientras, de manera paralela, deberán velar por la implementación estricta de las disposiciones del Tratado y promover la adhesión al mismo.