Cada vez hay menos soledad en las casas-cueva de Granada - Ahora
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- Salir de tu casa y sentir que formas parte de tu barrio o comunidad es algo que no ocurre siempre, aunque inconscientemente lo necesites. Muchas personas, por sus circunstancias vitales o por su edad, van alejándose poco a poco de lo que ocurre fuera de sus cuatro paredes y tienden a aislarse. Y con esa misión de reducir la soledad no deseada y apostar por una mayor participación ciudadana, Cruz Roja en Granada se ha desplazado a las conocidas “casas-cueva” en el municipio de Baza (Granada).
La ciudad de Baza, en Granada, es muy conocida por sus particulares "casas-cueva", un tipo de arquitectura popular, realizada por clases humildes que a falta de una vivienda, excavaban sus hogares en la roca, haciendo un tipo de vivienda muy característica. En este lugar, asociado durante mucho tiempo a la pobreza y a una población humilde, todavía reside una población de avanzada edad que son más vulnerables ante situaciones de soledad no deseada en zonas especialmente sensibles y de difícil acceso. “Antes de que el voluntariado de Cruz Roja se animara a acudir a esta zona, la gente no hacía mucha vida fuera de sus hogares. Es una zona aislada con una alta vulnerabilidad donde muchas personas no saben leer ni escribir. Teniendo en cuenta este escenario, consideramos que debíamos hacer algo para dar vida al barrio y que la población se sintiera arropada y escuchada”, explica Samantha Casas, técnica de Cruz Roja en Granada y responsable del proyecto ‘Vincúlate’ en Baza.
Dadas las circunstancias y la necesidad de aportar, sumar y crear comunidad en el municipio de Baza, Cruz Roja en Granada pone en marcha, en verano de 2024, el proyecto ‘Vincúlate’, cofinanciado por la Unión Europea y Fundación MAPFRE, con el objetivo de fomentar la participación comunitaria y ayudar así a reducir la soledad no deseada, sobre todo en personas mayores de 65 años. “Yo llevo viviendo en el barrio de casas-cueva desde 2013, antes vivía en Madrid y por circunstancias personales volví a mi tierra. Estoy encantada con Cruz Roja, se nota mucho su presencia, antes apenas teníamos relación con las vecinas y ahora hablas, te reúnes y te sientes menos sola”, cuenta Rosa Marín, vecina de Baza y usuaria de Cruz Roja.
Actualmente, Rosa vive sola y aunque es una persona muy alegre que “no tiene tiempo para aburrirse”, confiesa que a muchas personas mayores del barrio les cuesta salir de sus casas. “Yo porque soy una mujer muy activa, pero la gente tiene necesidad de hablar y gracias a Cruz Roja pueden hacerlo. Asistimos a charlas, dibujamos, hacemos meriendas, estamos encantadas. Ahora nos sentimos más arropadas y acompañadas entre todas”, añade.
Con este proyecto, Cruz Roja pretende que las personas se empoderen y sean capaces de detectar sus propias necesidades para, que de esta manera, la Organización pueda incidir de forma más personalizada. Encuentros para mejorar su autoestima; sesiones para que conozcan los recursos con los que cuentan en su comunidad; acompañamiento o encuentros vivenciales con personas de otros municipios en situación de vulnerabilidad, son algunas de las actividades que realizan. “Este lunes 24 de febrero, como cada último lunes del mes, algunas mujeres, junto con el personal voluntario, han tenido una pequeña reunión, en una de las casas-cueva de una mujer usuaria, para seguir creando lazos entre ellas. Y por último, nos hemos reunido todos y todas en la Plaza del Ángel, centro municipal para las personas mayores del barrio, para celebrar los cumpleaños del mes y seguir compartiendo en comunidad”, cuenta Samantha Casas. Gracias al proyecto ‘Vincúlate’ y, sobre todo, al interés de la comunidad del barrio de las “casas-cueva” en Baza, lo que empezó siendo un grupo muy reducido ahora lo forman ya alrededor de unas 50 personas, la gran mayoría mujeres mayores, que han encontrado un espacio en el que fortalecer sus vínculos comunitarios, compartir y sentirse escuchadas. “Aquí hay mucha necesidad de hablar o, simplemente, de pasar un rato con alguien, y el personal de Cruz Roja con su paciencia y su amabilidad ha conseguido que muchas personas se animen a salir de casa y eso, aunque parezca poco, es muchísimo”, concluye Rosa Marín.
El proyecto ‘Vincúlate’ se enmarca en el Programa FSE+ de Inclusión Social, Garantía Infantil y Lucha contra la Pobreza, y está cofinanciado por la Unión Europea y Fundación MAPFRE a través de la Convocatoria +RURAL.
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