La mayoría de veces no somos conscientes, pero un bastoncillo de algodón para los oídos o una toallita húmeda que tiramos al váter pueden acabar en la orilla de una playa de Ceuta o flotando en esas aguas cristalinas de Mallorca. Son solo algunos de los residuos recogidos, cuantificados y clasificados por los voluntarios y voluntarias que forman parte del programa de seguimiento de basuras marinas que lleva a cabo Cruz Roja desde hace siete años. En 2019, la Organización comenzó a colaborar con el Proyecto Libera (la unión de Ecoembes y SeoBirdlife). Esta alianza ha permitido que durante 2022 se realizaron 85 muestreos de seguimiento en un total de 23 playas.  

Los muestreos se realizaron en cuatro momentos diferentes del año, coincidiendo con las cuatro estaciones, y en diferentes demarcaciones del litoral español, desde Cantabria y Galicia, pasando por Levante, Canarias, Baleares o Ceuta. Los resultados que arroja el informe no dejan lugar a dudas: se siguen requiriendo acciones enfocadas a minimizar los residuos en el uso y disfrute de las playas y el litoral, reflejadas en medidas legisladas, así como en medidas de educación y concienciación ambiental, que den a conocer de qué manera pueden afectar los residuos tanto al entorno natural como a la propia salud de las personas.

Más plásticos en el Norte; ropa, calzado y madera en Canarias 

Los residuos plásticos son los que más predominan en todas las playas que han participado en el muestreo. Si bien, es la zona noratlántica (Galicia y Cantabria) donde mayor presencia de residuos de esta naturaleza se recogieron. Los objetos más abundantes en estas playas fueron redes, trozos de redes y sedales. En la demarcación del Estrecho y Alborán, concretamente en la playa de Santa Catalina (Ceuta), los residuos plásticos también fueron mayoritarios, seguidos muy de cerca por residuos de metal y madera, donde destacaron los palés. Por otra parte, en las costas levantino-baleares se realizaron un total de 45 muestreos en los que se  identificaron un total de 476 objetos. De nuevo, la categoría de plásticos sigue siendo la mayoritaria. En las playas canarias donde se identificaron y analizaron las basuras marinas, también fueron los plásticos los residuos más destacados, aunque en un porcentaje mucho menor que en el resto de las demarcaciones. En estas playas los residuos textiles (ropa y calzado) y los de madera (vigas, tablas…) tuvieron una presencia importante.  

Toallitas húmedas y bastoncillos  

De las cuatro zonas donde se realizaron los muestreos, fue la noratlántica donde más residuos se localizaron, siendo la playa de Valdearenas, en Cantabria, en la que se recogieron más objetos (72 de promedio). Además de los plásticos, se ha observado en todas la zonas que abundan los residuos higiénico sanitarios, siendo las toallitas húmedas las que más presencia tienen en la zona del Estrecho mientras que los bastoncillos para los oídos priman en la zona cántabro-gallega y la demarcación levantina-balear. En esta última también destacan las colillas de cigarrillos.  

Respecto al origen de las basuras marinas contabilizadas, el turismo en playas es el principal foco de los residuos en las cuatro zonas donde se realizaron los muestreos, seguido de las aguas residuales y otras actividades en tierra. Para el conjunto de España, se obtiene que las basuras marinas procedentes de fuentes terrestres representan el 74,42% del total y las fuentes marinas representan el 25,58%. Si comparamos los promedios nacionales obtenidos el año 2022 con los de 2021, observamos unos datos muy similares, únicamente con un pequeño aumento en el promedio de objetos provenientes de aguas residuales y un leve descenso en derivados del turismo.  

"Se estima que el 80% de las basuras marinas son de origen terrestre"

“Desde Cruz Roja Española trabajamos para proteger áreas marinas de especial interés a la vez que protegemos a las personas. Se estima que el 80% de las basuras marinas son de origen terrestre, provenientes principalmente del turismo costero, alcantarillado, desagües pluviales, ríos, vertederos ilegales y zonas industriales”, expone Sara Casas, responsable de Medio Ambiente en Cruz Roja. “Nuestra labor es caracterizar estos residuos para conocer su procedencia y poder sensibilizar a la población acerca de cómo evitar que estos residuos lleguen al mar. Los desechos marinos tienen un impacto negativo en el medio ambiente”, añade. 

Dentro de nuestras estrategias de sensibilización, se encuentran la de informar sobre el correcto depósito de los residuos en los cada uno de los contenedores de reciclaje. También reducir algunos artículos de la lista de la compra “como las toallitas o los bastoncillos de plástico”, menciona Casas, o “sustituirlos por opciones más ecológicas, a la vez que retiramos los residuos que encontramos y limpiamos las playas donde trabajamos”. 

Además de esta campaña de este programa de seguimiento de basuras marinas, Cruz Roja lleva a cabo campañas de sensibilización y educación ambiental, en colaboración con el Proyecto Libera, realizando talleres relacionados con la disminución del consumo de productos y el impacto que producen los mismos en el entorno natural a lo largo de todo el año. La Organización trabaja con diferentes colectivos, haciendo especial hincapié en el trabajo con colectivos en situación o riesgo de vulnerabilidad, puesto que son los que padecen con mayor intensidad los efectos de la degradación del entorno natural.