El conflicto de Sudán empuja al país al borde la catástrofe - Ahora
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El conflicto en Sudán empuja al país al borde de la catástrofe
EL CONFLICTO EN SUDÁN EMPUJA AL PAÍS AL BORDE DE LA CATÁSTROFE


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CRUZ ROJA

parte 1
Al cumplirse dos años desde la escalada del conflicto que ha sumido a Sudán en una emergencia sin precedentes, la situación sigue deteriorándose de forma alarmante. Casi la mitad de la población, 26 millones de personas de un total de 51 millones, sufre hambre aguda, una cifra devastadora que refleja el rostro más cruel de una guerra prolongada. El precio de los alimentos se ha disparado y las organizaciones humanitarias enfrentan enormes obstáculos para acceder a las zonas más necesitadas, atrapadas entre la inseguridad y la violencia.
A esta crisis se suma el drama de más de 15 millones de personas obligadas a abandonar sus hogares: 11,6 millones desplazadas dentro del país y otras 3,5 millones que han cruzado las fronteras en busca de refugio en Sudán del Sur, Etiopía, Chad y Uganda. Estas cifras no solo hablan de una tragedia nacional, sino de una emergencia que se extiende por toda la región, poniendo al límite a comunidades de acogida ya profundamente vulnerables. Es una crisis humana de dimensiones inmensas.
El colapso de los servicios básicos en Sudán es una realidad que afecta a millones de personas cada día. Más del 70 % de los centros de salud en las zonas de conflicto han dejado de funcionar, dejando a comunidades enteras sin acceso a atención médica básica. En este vacío sanitario, enfermedades prevenibles como el cólera, el sarampión y la malaria se propagan sin control. La crisis educativa alcanza también dimensiones catastróficas, cerca de 19 millones de niños están fuera del sistema escolar, una cifra que compromete el futuro para toda una generación. La pérdida de acceso a la educación en este contexto es una herida profunda que amenaza con perpetuar el ciclo de pobreza, violencia y desplazamiento.
En medio de este colapso, las violaciones de derechos humanos se multiplican. Los informes de abusos generalizados, incluyendo violencia sexual y enfrentamientos étnicos, especialmente en la asediada región de Darfur, reflejan una descomposición social y moral que suma una nueva capa de horror a una crisis ya extrema. Estas violaciones no solo vulneran la dignidad de las víctimas, sino que erosionan aún más las bases frágiles de cualquier posible reconciliación o reconstrucción futura.
Se necesitan millones de dólares para atender las necesidades más urgentes. Sin embargo, la financiación sigue siendo insuficiente, y la suspensión de fondos de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) tendrá además consecuencias devastadoras en el país. Los fondos de USAID representa más el 30% de toda la Ayuda Oficial al desarrollo en el mundo, por tanto la suspensión de fondos tiene un impacto directo e inmediato sobre la capacidad del sistema humanitario para prestar ayuda humanitaria. Contextos como Sudán, dependen en un 40% de fondos USAID en un contexto donde el llamamiento de Naciones Unidas se ha visto aumentado significativamente para 2025 y donde ya en 2024 el nivel de cobertura no llegó ni al 50% de los fondos necesarios.
parte 2
Las principales necesidades: comida, agua y protección
La crisis humanitaria en Sudán ha empeorado drásticamente, con un aumento alarmante de la población que necesita asistencia y protección. El conflicto en escalada, junto con el acceso limitado y la capacidad reducida de las organizaciones humanitarias, son factores clave que están exacerbando esta situación crítica. Como resultado, aproximadamente 30,4 millones de personas se encuentran en una situación de extrema vulnerabilidad y necesitan asistencia humanitaria urgente. “La Seguridad Alimentaria, el acceso al Agua, Saneamiento e Higiene (WASH), la Salud y la Protección se encuentran entre las principales necesidades de la población”, explican desde el área de Cooperación de Cruz Roja Española.
En el ámbito de la seguridad alimentaria, las cifras son contundentes y alarmantes: cerca de dos millones de personas en Sudán se encuentran en situación de hambruna, mientras que la mitad de la población sigue enfrentando niveles críticos de inseguridad alimentaria aguda. Esta emergencia es resultado directo del colapso de la producción agrícola, la interrupción de las cadenas de suministro y el cierre de mercados locales. Regiones como Darfur del Norte han llegado al extremo de declarar oficialmente la hambruna, revelando la magnitud de una crisis que ya desborda las capacidades de respuesta nacional e internacional. El impacto es particularmente devastador entre los grupos más vulnerables como son los niños menores de cinco años, así como entre mujeres embarazadas y lactantes, lo que amenaza con consecuencias irreversibles para la salud pública a corto y largo plazo.
A esta crisis alimentaria se suma la grave limitación en el acceso al agua potable, un factor que ha favorecido la propagación de enfermedades infecciosas. El colapso de los sistemas de saneamiento ha derivado en brotes de cólera y otras enfermedades transmitidas por el agua, lo que agrava aún más las condiciones de vida en las comunidades más afectadas. El sistema de salud, por su parte, se encuentra al borde del colapso total. La escasez de medicamentos esenciales, la falta de personal sanitario capacitado y la destrucción o inoperatividad de hospitales y centros de salud debido al conflicto han reducido drásticamente el acceso a la atención médica. Esta combinación de factores configura una tormenta perfecta que pone en riesgo no solo la supervivencia de millones, sino también cualquier posibilidad de recuperación a corto plazo.
“Estas necesidades urgentes requieren una acción humanitaria inmediata y sostenida para mitigar el sufrimiento de millones de personas en Sudán”
Los ataques sistemáticos contra civiles y las violaciones del Derecho Internacional Humanitario están siendo una constante en el país, lo que pone en grave peligro la vida y la seguridad de la población. Una situación que golpea, como siempre, a la población más vulnerable entra la que se encuentran los niños y niñas que ya antes de la escalada del conflicto contaba con una de las tasas más altas de desnutrición infantil en el mundo. Además, uno de cada tres niños no tenía acceso a una educación de calidad o abandonaban la escuela antes de completar su formación.
Hoy, la crisis ha alcanzado niveles devastadores. Sudán enfrenta la mayor crisis de desplazamiento infantil del mundo, con más de 5 millones de niños que han huido de sus hogares desde abril de 2023, incluyendo casi 1 millón de niños que han cruzado fronteras buscando escapar del conflicto. Durante casi dos años, estos niños han soportado la incertidumbre, el trauma y la violencia de un conflicto interminable. La situación actual representa una crisis infantil que se agrava día a día, poniendo en serio peligro el futuro de generaciones enteras y afectando profundamente a toda la región.
“Estas necesidades urgentes requieren una acción humanitaria inmediata y sostenida para mitigar el sufrimiento de millones de personas en Sudán”, reclaman desde Cruz Roja Española.
parte 3
Cruz Roja Española en Sudán
Cruz Roja Española lleva más de 25 años trabajando en Sudán en estrecha coordinación con la Media Luna Roja Sudanesa (MLRS), la organización humanitaria más grande del país. La MLRS cuenta con una red de más de 400.000 personas voluntarias y desempeña un papel fundamental ante la grave situación del país, liderando los esfuerzos de coordinación con agencias de la ONU, organizaciones no gubernamentales y las autoridades locales para dar una respuesta coordinada a todas las necesidades humanitarias del país.
“En el último año, Cruz Roja Española (CRE) ha brindado apoyo a la Media Luna Roja Sudanesa (MLRS) mediante la mediación con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Como resultado de esta colaboración, el gobierno de España realizó una donación de 1.000.000 de euros al llamamiento de emergencia para Sudán de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja”, relata Julia Pastor, directora de Cooperación de Cruz Roja Española.
Además de su labor de mediación institucional, Cruz Roja Española ha realizado una contribución económica directa a la Media Luna Roja Sudanesa con el objetivo de reforzar la respuesta ante las necesidades urgentes de la población afectada por el conflicto. En estrecha coordinación con su organización homóloga, está llevando a cabo dos intervenciones clave en el país que buscan ofrecer una ayuda concreta y sostenida en el tiempo.
La primera, financiada por la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA), cuenta con un presupuesto de un millón de euros y contempla la distribución de artículos no alimentarios esenciales, asistencia en efectivo, atención en salud y la rehabilitación de infraestructuras básicas de agua y saneamiento. Estas acciones, dirigidas a atender las carencias más inmediatas, son una línea de vida para miles de personas atrapadas en condiciones extremas.
La segunda intervención, financiada por la Unión Europea con una aportación de 1,15 millones de euros, tiene un enfoque a más largo plazo y busca fortalecer la seguridad alimentaria y la resiliencia de las comunidades rurales en los estados de Kassala y Northern State. Con una duración de cuatro años, el proyecto apuesta por la creación de empleo sostenible y digno, especialmente para jóvenes de ambos sexos, al tiempo que promueve el aumento de la productividad agrícola y ganadera mediante prácticas agroecológicas. En un contexto tan frágil, esta iniciativa no solo brinda oportunidades, sino también esperanza.
parte4
Garantizar que la ayuda humanitaria llegue
Todo ello, a pesar de la dificultad que muchas veces existe para que acceda la ayuda humanitaria debido al conflicto armado. Las áreas directamente afectadas por los enfrentamientos entre facciones militares suelen ser extremadamente peligrosas, lo que impide en ocasiones un acceso seguro para los trabajadores humanitarios. “La inseguridad constante y las condiciones adversas hacen que los equipos humanitarios no puedan operar con normalidad”, apuntan desde el área de Cooperación.
En este contexto, la Media Luna Roja Sudanesa mantiene un contacto continuo con las partes involucradas en el conflicto para garantizar el acceso a las zonas afectadas y asegurar que la asistencia humanitaria llegue a quienes más la necesitan. Sin embargo, la escasez de recursos y personal capacitado sigue siendo un reto crucial que limita la capacidad de respuesta. La presencia del Comité Internacional de la Cruz Roja y Media Luna Roja en el país respalda la intervención de la MLRS y coordina que las intervenciones puedan ser seguras. A pesar de ello, la MLRS ha perdido en el último año a 33 personas voluntarias y personal.
Pese a todo, tanto la MLRS como Cruz Roja Española han estado presenten desde el inicio del conflicto dando respuesta a la población afectada para tratar de que el futuro de los sudaneses y sudanesas sea un poco menos incierto. Sin una solución política y una intervención humanitaria adecuada, seguirán enfrentando una existencia precaria sin acceso a derechos básicos. “Sin una acción urgente, la próxima generación de sudaneses podría quedar atrapada en un ciclo interminable de desesperación”, concluye la directora de Cooperación de Cruz Roja Española, Julia Pastor.
Por eso, Cruz Roja Española sigue trabajando activamente en la búsqueda de financiación e identificación de nuevas intervenciones para abordar las necesidades inmediatas de la población sudanesa con el apoyo técnico del Centro de Medios de Vida.
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