La ternura de un pequeño gesto - Ahora
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- Una imagen dice más que mil palabras. Esta foto de una actividad intergeneracional en Ceuta demuestra con creces los valores de Cruz Roja y los vínculos que se tejen entre diferentes colectivos.
A Abdelhay Berrady le quedan unos días para alcanzar la mayoría de edad y María, por el contrario, ya ha cumplido los 94 años. Ambos han coincidido en una actividad de ocio realizada por Cruz Roja en Ceuta que ha propiciado un espacio común para personas del Proyecto Acompaña, al que pertenece Abdelhay, y para personas que forman parte del Centro de Día de Enfermos de Alzhéimer, en el que se encuentra María, y también gestionado por la organización. Los momentos compartidos son un ejemplo de cariño, y la instantánea que nos han dejado para el recuerdo así lo atestigua.
“Me gusta mucho pasar tiempo con las personas mayores. Tengo una abuela en Marruecos y la echo mucho de menos”, cuenta Abdelhay, y Marisa, responsable del Proyecto Acompaña de Cruz Roja en Ceuta, explica que muchas veces los integrantes de esta iniciativa echan una mano y aportan su granito de arena en este tipo de contextos. “Damos apoyo, muchas personas van en sillas de ruedas, y siempre hacen falta manos”, indica Marisa, que puntualiza que así estas actividades adquieren un carácter intergeneracional que aporta mucho a todas las partes implicadas.
A Abdelhay le encanta que le cuenten historias y disfruta escuchando a las personas mayores. “La gente mayor tiene el corazón blanco”, señala, evidenciando su afecto por este colectivo. Para las personas mayores también es enriquecedor conocer otras realidades y, a pesar de distintas enfermedades o dolencias, se sienten reconfortadas: “Me da la sensación de que María sentía que era su nieto. Abdelhay le está ofreciendo un zumo y una galleta, y de alguna manera se activan algunas habilidades sociales que prevalecen a pesar de la enfermedad, como esa ternura que se ve”, explica, por otro lado, Ana de Torres, directora del centro de día.
Esta actividad, que en realidad se ha centrado en la hipoterapia, esto es, la terapia asistida con caballos, se ha convertido en un encuentro entre distintos perfiles que, de esta forma, “tienen más sentido de pertenencia con la institución”. Muchos de los jóvenes que forman parte de Acompaña están en nuestro país buscando una vida mejor y se sienten encantados de poder ayudar. “Se genera empatía, les damos a conocer lo que significa esta enfermedad y otras demencias, y se quedan muy satisfechos de poder contribuir de alguna forma”, concluye Ana.
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