Sobre bienestar digital y vulnerabilidad - Ahora
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- ¿Por qué enganchan tanto las pantallas? ¿Hasta qué punto tienen riesgos para los menores? ¿Existe realmente la desconexión digital cuando hablamos de trabajo? Estas son algunas de las cuestiones que se han debatido y reflexionado en la última cita de Conversaciones Humanitarias.
Son muchos los temas que nos preocupan hoy en día; uno de ellos el avance de la tecnología en todas las parcelas de nuestra vida. Y, si bien es cierto que las herramientas tecnológicas nos ofrecen un mundo de posibilidades, también suponen un desafío a la hora de integrarlas, gestionarlas y adaptarlas a nuestra forma de vivir, especialmente si hablamos de colectivos como la infancia o la juventud. Es uno de los temas que se ha puesto sobre la mesa en una de las últimas Conversaciones Humanitarias organizadas por Fundación Cruz Roja Española y dedicada en esta ocasión a hablar sobre ‘Bienestar digital y vulnerabilidad: conectando con la salud’.
Moderada por la periodista Macarena Berlín, la conversación ha contado con tres expertas en la materia: Mar Cabra, periodista, experta en bienestar digital y ganadora de un premio Pulitzer, entre otros reconocimientos; Eva Rimbau, doctora en Administración y Dirección de Empresas y especialista en trabajo flexible; y Adoración Díaz, investigadora en el Instituto de Transferencia e Investigación de la Universidad Internacional de La Rioja y centrada en abordar los riesgos de internet, el uso problemático de la tecnología y el acoso escolar en infancia y adolescencia.
Frente al algoritmo, educación
La educación digital es, hoy más que nunca, un aspecto clave para tratar todas estas cuestiones. Una educación que no únicamente debe cuidarse por parte de las familias, sino que también se debe trasladar a centros escolares, sociedad y empresas tecnológicas (las encargadas, después de todo, de crear muchos de los algoritmos que nos mantienen con los ojos fijos en la pantalla).
“El teléfono, el móvil, el ordenador han irrumpido en nuestras vidas pero nadie nos ha enseñado a relacionarnos con este mundo digital sin que nos cueste la salud”, ha reivindicado Mar Cabra. “Vamos a la búsqueda de la dopamina, de esa recompensa de las redes sociales… Y a veces es tan fácil el uso, esto de entrar cinco minutitos a una red social, y luego llevas una hora ahí”, ha añadido, y ha remarcado la necesidad de reflexionar en este sentido.
Riesgos específicos en la infancia y juventud
Las personas adultas deben ser ejemplos para los menores en el uso responsable de la tecnología, pero no siempre es así, como demuestran decisiones aparentemente inocentes que entrañan potenciales peligros. La edad media de acceso a la telefonía en nuestro país son los 10 años, “de hecho, se ha convertido en un regalo estrella”, ha reflexionado Adoración Díaz, que también ha aportado datos como que la juventud pasa casi 8 horas al día en internet, o que un 60% reconoce que está conectado a internet permanentemente, incluso por la noche.
“No pretendo demonizar la tecnología; sin embargo, considero que es muy necesario que seamos conocedores, la sociedad, pero sobre todo los progenitores y jóvenes de los riesgos a los que estamos expuestos en el ciberespacio y que pueden derivar en un uso problemático de la tecnología”, ha indicado Díaz. Solo una vez conozcamos esos riesgos seremos capaces de identificar y gestionar y regular ese consumo digital.
"La juventud pasa casi 8 horas al día en internet"
Los riesgos relacionales se derivan de la interacción con otras personas en el ciberespacio, como el ciberbullying, una manifestación online del acoso escolar que, a diferencia del tradicional, con una temporalidad reducida al horario escolar, ahora resulta ininterrumpido. El sexting, el intercambio de contenido erótico o sexual entre menores de edad a través de aplicaciones de mensajería instanténa o redes sociales es otra de las problemáticas, así como el online grooming, el “ciberembaucamiento”, en el que un adulto desconocido con el menor establece algún tipo de relación por medios digitales y finalmente le hace algún tipo de proposición sexual.
Los riesgos disfuncionales, por otro lado, más relacionados con el uso problemático de la tecnología, derivan en términos como nomofobia (el miedo irracional de estar lejos del dispositivo móvil) o el fomo (el miedo a quedarse fuera o perderse algo de lo que ocurre en el ciberespacio). “Eso por no hablar de la pornografía. En nuestro país, el acceso medio son los 8 años”, ha lamentado Adoración Díaz.
Entendimiento y compromiso también en el ámbito laboral
Para minimizar los efectos negativos de la hiperconexión, se necesita una gestión proactiva desde el ámbito personal, pero también organizacional y legal. “Las herramientas digitales son estupendas porque nos ayudan a ser más productivos, a estar más informados… pero también tienen unos potenciales efectos negativos en la salud física y mental. Hay que buscar un equilibrio”, ha remarcado Eva Rimbau, que ha hablado también sobre términos como el “tecnoestrés”, un estrés específico asociado a la tecnología.
Conoce bien este concepto Mar Cabra, que después de estar años trabajando al máximo nivel en investigación periodística, se dio cuenta de que no podía seguir a ese mismo ritmo. “Estaba agotada, me sentía negativa… y tal cual abría el ordenador se me encogía el estómago”, ha confesado.
“Todavía tenemos un 72% de trabajadores españoles que declaran no desconectar del trabajo fuera del horario laboral. El 62% de los trabajadores españoles responde llamadas, mensajes o correos electrónicos durante sus periodos de descanso. Está por debajo de cifras de años anteriores, pero seguimos teniendo mucha gente que no hace una desconexión total”, ha aportado Eva Rimbau.
Puedes encontrar el encuentro online al completo en este enlace.
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