Proteger la salud de las mujeres que recolectan la fresa - Ahora
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- A raíz de la pandemia de la COVID-19, Cruz Roja en Huelva ha intensificado la labor que ya venía realizando año tras año con estas trabajadoras, participantes de sus programas de acogida integral.
El cultivo de la fresa es una labor delicada, ya que requiere unas condiciones climáticas especiales, además de conocimientos concretos para plantar, regar y fertilizar. La cosecha siempre se realiza a mano y antes de que la fruta adquiera su color, por lo que hay que poner esmero en el corte y empaquetar el mismo día de la recolección. Todos estos conocimientos forman parte del día a día de las mujeres que trabajan en las fincas de Huelva, provincia de la que procede más del 80% de la fresas españolas, y que anualmente contrata entre 15.000 y 20.000 mujeres en origen para la campaña anual de recogida. La mayoría de ellas, procedentes de Marruecos, y con ciertos conocimientos agrícolas, pero sin formación en cuestiones sociales que Cruz Roja cree esenciales para su desarrollo personal. Desde empleabilidad a idiomas, pasando por hábitos saludables.
A raíz de la pandemia de la COVID-19, Cruz Roja en Huelva ha intensificado la labor que ya venía realizando año tras año con estas trabajadoras, participantes de sus programas de acogida integral. En 2020, el coronavirus no solo impidió la llegada de 10.000 mujeres, así como el regreso de otras 7.000 a su país de origen debido al cierre de fronteras, sino que generó una situación sanitaria delicada para aquellas que vivían en las fincas. Por ello, desde la Dirección de Salud de la Universidad de Huelva (UHU) y la Asamblea Provincial de Cruz Roja en Huelva, se impulsó un proyecto innovador de intercambio del saber y se ofrecieron, in situ en varias fincas, talleres para la Promoción de la Salud entre las Mujeres Contratadas en Origen. "El objetivo principal era asesorar a las empleadas para garantizar las mejores condiciones de salud durante la pandemia. Para ello, se creó la figura de las Promotoras de Salud, repetidoras de otros años que se encargaban de transmitir su saber", explica Natalia Cots, Técnica de Intervención Social de Cruz Roja en Huelva.
Los empresarios, con los que Cruz Roja en Huelva mantiene un grupo motor de trabajo desde 2018, mostraron su preocupación ante la llegada de las mujeres contratadas en origen y la prevención de la COVID-19, por lo que la idea de formar mujeres Promotoras de Salud nació de esta necesidad. "Generamos una llamada a la corresponsabilidad para asegurarnos de que se cumplían las medidas de protección frente al virus, tanto a nivel individual como comunitario", explican las coordinadoras del proyecto. Tanto las alumnas de la UHU, como el personal técnico y voluntario de Cruz Roja, se trasladaron a los lugares habilitados por cada empresa dentro de las diferentes fincas, cumpliendo con todas las garantías higiénicas y sanitarias. Allí fue donde procedieron a impartir los diferentes módulos del taller, dirigidos a grupos concretos de mujeres, que a su vez difunden los conocimientos entre sus compañeras. "Así se genera un clima de confianza y apoyo mutuo", aseguran.
Desde el año 2018, Cruz Roja en Huelva colabora con la Dirección de Salud y la Facultad de Enfermería de la UHU. Es por ello que los materiales formativos de este curso fueron diseñados por un equipo multidisciplinar de la Organización (formado por una psicóloga, una abogada y varias mediadoras), sobre la base de los proyectos presentados por el alumnado de la Facultad de Enfermería. El material con el que se forma a estas personas, traducido por mujeres de origen marroquí, cuenta con numerosas pictogramas visuales para hacer mucho más sencillo el entendimiento, dada la barrera lingüística. "Las mujeres nuevas llegan con un desconocimiento total del idioma, pero también de las costumbres y los usos españoles, así que las repetidoras son el ejemplo a seguir y una fuente de confianza", afirman. Al recibir la formación de otras compatriotas, que además son trabajadoras de anteriores campañas, sienten "el cuidado de unas a otras en una situación sanitaria tan complicada, y esto hace que el vínculo sea todavía más poderoso".
Por tanto, al formar en diferentes fincas a mujeres marroquíes, que luego se encargan de transmitir lo aprendido a sus nuevas compañeras, no solo se generan hábitos saludables, sino que se refuerzan los vínculos de la comunidad y se facilita la integración de las recién llegadas. Dados los buenos resultados de la iniciativa, la formación se ha replicado este curso 2021: arrancó en marzo, pero los módulos se alargarán durante toda la campaña.
"Al recibir las formación de otras mujeres marroquíes, sienten el cuidado de unas a otras y esto hace que el vínculo se vuelva todavía más poderoso"
Otros talleres en las fincas onubenses
Si bien el último proyecto de la Organización gira en torno a la prevención sanitaria, de manera genérica, desde el año 2002, Cruz Roja en Huelva viene impartiendo todo tipo de talleres presenciales en las fincas de temporeras. Son talleres de diferentes temáticas: desde el área social, a la jurídica, pasando por la psicología o el ocio. Por poner algunos ejemplos, hay Talleres de Ventilación Emocional ante el Duelo Migratorio, Talleres sobre Beneficios del Compromiso de Retorno, de aprendizaje del idioma o de gestión de conflictos. "En general, todas las mujeres se muestran muy interesadas en las formaciones y el nivel de satisfacción es muy alto", aseguran las coordinadoras, quienes se esfuerzan por integrar a las trabajadoras, campaña tras campaña, en las dinámicas de la sociedad española.
Hablamos de mujeres marroquíes con edades comprendidas entre los 25 y los 50 años que, aunque no tienen un perfil unánime, comparten determinados rasgos. Generalmente, provienen de zonas rurales, cuentan con escasa formación académica y poca, o tal vez nula, experiencia laboral. Su nivel de castellano suele ser bajo también. En sus países de origen, dejan cargas familiares, por lo que se constituyen como proveedoras de recursos para sus familias. Dado su escaso conocimiento de la cultura del país de acogida, Cruz Roja considera clave que obtengan una formación básica para desenvolverse en el nuevo entorno y ganar cierta autonomía, lo que les permite mejorar su situación económica, familiar y personal. La fresa, además de proveerles de un medio de vida, es el pretexto para labrarse un futuro mejor.
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