"Mientras la cabeza y los pies me funcionen voy a seguir ayudando a los demás" - Ahora

• ¿A qué venimos al mundo? Seguro que alguna vez se te ha pasado esta pregunta por la cabeza. Pensar en aquello que nos mueve y que nos mantiene despiertos es una sensación difícil de explicar. Se lleva dentro, se trabaja y se cuida. Carmen Elena, es voluntaria de Cruz Roja desde niña y ahora, a sus 90 años sigue con esas ganas de hacer algo por los demás. Desde luego que ella tiene claro a qué ha venido al mundo y trata de transmitirlo allá por donde pisa. 
   

Cruz Roja ha formado parte de la vida de Carmen Elena desde que era solo una niña. “Mi padre, junto a otros compañeros suyos, fueron quienes formaron Cruz Roja en Aranda de Duero (Burgos). Estuvo en el frente atendiendo a heridos y siempre estuvo vinculado de una forma especial”, explica Carmen Elena al descolgar el teléfono.

Quizá, la mirada humanitaria del padre de Carmen caló en ella hasta el día de hoy. “Yo llevo formando parte de Cruz Roja desde los 16 años. He estado presente siempre que he podido, e incluso, lo he compaginado con otras organizaciones. Mi intención siempre ha sido ayudar fuese donde fuese. Ayudar es lo más bonito del mundo y seguiré haciéndolo hasta que mi cabeza y mis piernas aguanten”, añade la voluntaria con una sensibilidad que traspasa las ondas.

Actualmente, se encarga de atender a las personas socias que buscan aportar algo más a la Organización para hacer crecer la ayuda de esta red humanitaria. “Yo soy la más mayor aquí y la verdad, que solo tengo palabras bonitas hacia el voluntariado de Cruz Roja. Son personas encantadoras y valoran mi presencia y mi labor. Al final, recibimos más de lo que damos y eso es muy satisfactorio. Para mí estar al lado de las personas, sea quien sea y venga de donde venga, cuesta muy poco y genera algo precioso. Todos somos seres humanos y hay que tratarnos como lo que somos. A veces, con un gesto de cariño o una sonrisa es más que suficiente y eso es lo que he tratado de hacer en mi camino por la vida”, expresa alegre. 

Hace poco más de un mes, Cruz Roja en Burgos celebró la gala del 150 aniversario de su fundación en la provincia. La ceremonia fue un homenaje a todo el voluntariado que forma parte y ha formado parte de la historia de la Organización, destacando la labor de las 11 Asambleas Comarcales con las que cuenta la provincia de Burgos. Aranda de Duero es una de ellas. “Me invitaron a ir allí, valoraron mi recorrido por Cruz Roja y me rindieron cierto homenaje porque soy la más joven de aquí y eso se tiene que premiar”, ríe Carmen Elena. 

La voluntaria de 90 años se despide de la llamada para irse a gimnasia, pero antes se marcha con un mensaje lleno de bondad y humanidad. “El día de una persona puede cambiar o mejorar con muy poco. Es cuestión de escuchar a los demás, regalarles un saludo por la calle y mostrar una sonrisa. Que no falte la sonrisa”.