Una experiencia piloto para llegar a las playas rurales de Asturias - Ahora

• Sensibilizar y prevenir. Esos son los objetivos que persigue un proyecto piloto que ha puesto en marcha Cruz Roja en Asturias para que ninguna playa quede al margen de la importante actividad que realizan, especialmente en verano.
   

Asturias cuenta con más de 200 playas en su litoral. La gran mayoría no cuenta con servicio de socorrismo, pese a que muchas de ellas tienen una gran afluencia en los meses de verano. Por eso desde el área de Salud y Socorros de Cruz Roja en Asturias están desarrollando una experiencia piloto que durará todo el mes de julio, hasta el día 28, para tratar de revertir esta situación.

Cada día, un equipo (compuesto por dos monitores de talleres que son socorristas, y tres voluntarios/as) se desplaza a una playa. A primera hora de la mañana hacen análisis de riesgos y situación de la playa, y desde las 12 hasta las 15h el equipo sensibiliza a las personas usuarias en los riesgos de la playa y da pautas básicas sobre primeros auxilios. Las actividades pueden ser grupales o individuales, y se realizan prácticamente de toalla en toalla.

David del Valle, director del área de Salud y Socorros de Cruz Roja en Asturias, explica que el proyecto nació para aplicar el valor añadido de la Organización en playas que no cuentan en estos momentos con estas posibilidades. El 65% de las playas asturianas no tiene actualmente servicio de salvamento (“que no quiere decir que estén vacías”, matiza), y entre que la pandemia y los cupos de acceso han provocado que más gente vaya a playas rurales o secundarias, así como la mejora en las comunicaciones de carretera y la publicidad de dichas playas en medios de comunicación, han visto que era necesario estar presente en ellas de alguna forma.

“Hacemos actividades de sensibilización y prevención en esas playas, no solo relativas al salvamento, sino informando de cuáles son las zonas de corrientes y las más seguras, para que los usuarios las identifiquen y puedan replicar esta información de seguridad al resto de gente: familiares, vecinos, o personas que van el día que no estamos”, expresa del Valle. Los niños y niñas cumplen un papel fundamental en este contexto: “Son pequeños socorristas, agentes de sensibilización muy buenos”.

Además de lo anterior, se habla sobre radiación solar, señalética (“muchas de estas playas tienen carteles que los usuarios no saben interpretar”, advierte David del Valle), y talleres de salud. Y es que aunque los ahogamientos son importantes (ayer 25 de julio se celebró el Día Mundial para la Prevención de los Ahogamientos, con la finalidad de concienciar a la población mundial acerca de este problema prevenible que ha sido la causa de más de 2,5 millones de muertes durante la última década), la mayor parte de accidentes no son en el agua, sino por accidentes cardiovasculares.

La mayor parte de accidentes en la playa no son en el agua, sino por accidentes cardiovasculares

“Hacemos, por tanto, talleres de salud enfocados a alimentación saludable, autoprotección solar, seguridad vial… por ejemplo, estas playas tienen mal regulados los accesos, e intentamos concienciar a la gente de que tienen que respetar las vías de emergencia para que, en el caso de que se produzca un incidente, la ambulancia pueda llegar”, añade el director del área de Salud y Socorros de Cruz Roja en Asturias. También son receptores de esta información turistas o peregrinos que hacen senderismo o están realizando el Camino de Santiago y que frecuentan estos escenarios. 

El objetivo, con todo lo analizado y recabado, es confeccionar unos informes sobre el estado de las playas y su situación para hacérselo llegar a las entidades y administraciones pertinentes de cara a reforzar o actuar la próxima temporada estival. “Ven con muy buenos ojos esta actividad y han recibido muy bien el proyecto”, concluye David del Valle.